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El poder del afecto



Creer en las personas, porque creer ayuda a crear. Crear situaciones en las que se pueden construir nuevas y mejores situaciones. Sembrar la semilla de la confianza en su corazón y regarla con amistad, con cariño, con tiempo. Alumbrarla con ánimo, con apoyo, con recogimiento cuando sea necesario y el fruto… no lo podréis imaginar será mayor que lo que podríais soñar.


Esta es nuestra realidad, la de los maestros, la de simples mortales que alimentan el alma de los alumnos, personas con un enorme potencial que ni siquiera ellos imaginan. En nuestras manos, la labor del artesano de moldear, tornear y pulir. Buscando que cada uno pueda llegar a ser una obra maestra. Pero sin olvidar que son personas libres y ellos tienen que poner de su parte y actuar.


Es una labor ardua, en ocasiones extenuante, pero os insisto y ánimo en creer, creer en ellos, aunque se equivoquen, lleguen tarde o no entreguen los deberes, aunque a veces traspasen esa línea que no deben pasar, porque… somos personas y erramos y en ese fallo tal vez se encuentre la clave por la cual pueden pararse a reflexionar y aprender y redirigir sus pasos hacia donde deben caminar. Y esos pasos serán distintos a los nuestros y al final serán pasos confiados y decididos, nos adelantarán y harán otro camino distinto al nuestro y cuando volvamos a coincidir en el sendero que es la vida nos alegraremos de haber coincidido en esa parte del trayecto y ellos nos agradecerán la confianza y nosotros les agradeceremos lo que nos enseñaron.


Poner afecto en vuestra labor y esta no será en balde, pues quien pone el corazón en lo que hace no teme hacerlo mal, obra con la confianza y la seguridad del que ha dado todo lo que tenía.

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