Nos preparamos para recibir las merecidas vacaciones, con este artículo queremos proponer unas ideas que pueden resultar de utilidad para este tiempo.
El verano puede ser una época fantástica para descansar del esfuerzo del curso y para recargar nuevas fuerzas de cara al siguiente. Pero no hay que olvidar que el mejor descanso para el estudiante, lejos de no hacer nada es hacer las cosas que tiene que seguir haciendo, pero en otro contexto, ya sea en casa o en el alojamiento vacacional, así como en un horario distinto al escolar.
Bien sabemos que el alumno que en verano ha hecho un descanso total el inicio de curso es arduo y tortuoso, esto es porque el cerebro es un órgano ecológico y todas las áreas que no se han mantenido activas en ese tiempo han ido pasando a un segundo plano de actividad, como pequeñas luces que bajan su intensidad y luego necesitan nueva energía para iluminar.
Si se distribuye correctamente el tiempo diario del verano se pueden conseguir interesantes objetivos desde la adquisición de hábitos que ayuden en el próximo curso hasta el afianzamiento de conceptos que tal vez no se consiguieron correctamente o la mejora en el autoconcepto como estudiante. Hacer un horario que facilite la organización y distribución del tiempo os ayudará a gestionarlo y evitará muchas discusiones “ahora toca hacer esto”.
Por ello proponemos una serie de actividades que pueden ayudar a mantener esta dinámica de actividad:
Leer todos los días:
Ve a la biblioteca y escoge un libro, si no te gusta no pasa nada, elige otro, hasta que tengas una lectura adecuada a tí. Seguramente los profesores os faciliten un listado de lecturas recomendables por edad, pueden servirte de punto de partida.
Dibujar:
Haz un dibujo de la historia leída: desarrolla tu competencia artística, arriésgate a explorar nuevas técnicas, utiliza más colores.
Puedes hacer un cómic diario, sobre lo que has hecho en el día, si piensas seguro que ha pasado algo distinto al día anterior. ¿Qué es lo que más te ha gustado? ¿Y lo que menos? ¿Qué te hubiera gustado que pasara en tu día?
Escribir:
Puedes hacer un resumen del día.
Trabaja la lectura, puedes hacer un pequeño resumen para trabajar tu capacidad de síntesis, o hacer una actividad de creatividad escribiendo como te gustaría que continuara la historia.
Escribe una carta a un amigo: seguro que le hace ilusión recibir un mensaje tuyo y ¿cuántas cartas has escrito?
Hablar:
Aprovecha para hablar más con tus padres y familiares, con tus amigos.
Cuenta historias, los cuentos que te gustan (si tienes hermanos o primos pequeños) las reuniones familiares pueden ser un buen momento para ello.
Calcular:
Mental: el cálculo mental es una habilidad que se debe de trabajar de manera constante, entre 5 y 10 minutos al día, puedes realizar juegos con dados, con cartas, con fichas…
Operaciones en papel: sumas, restas, multiplicaciones y divisiones según tu nivel, te ayudarán a mantener tu agilidad mental. Busca cuentas que te supongan un reto, es decir que seas capaz de enfrentarte a ella y superarla con éxito, si fallas, vuelve un paso atrás para asegurar que las anteriores sabes hacerlas bien. 10-15 minutos.
Problemas: para desarrollar tu comprensión lectora y capacidad de organizar la información. A diario un par de ellos.
Juegos: juega a las cartas, aprovecha los ratos en la toalla, hay cantidad de juegos en los que puedes estar desarrollando el cálculo sin apenas darte cuenta y mejorarás mucho.
Otras cosas:
Ayudar en casa: realiza tu encargo, ahora que tienes más tiempo seguro que puedes ayudar un poco más. Una tarea de casa que puede ser un ejercicio de matemáticas y lengua puede ser realizar la comida, desde la realización de la lista de la compra en la que tengo que tener en cuenta los productos que necesito, la organización de los mismos en la cocina, la secuenciación del proceso, la lectura comprensiva de la receta el pesado del producto… Hasta la puesta en el plato. Como se puede observar son muchos pasos necesarios para llevar a cabo esta tarea los padres pueden ayudar al proceso y seguro que en pocos días nuestros hijos serán capaces de manejarse con soltura en la cocina. Obviamente procuraremos no ponerles en riesgos de fuegos y filos, pero con la debida atención los avances llegarán.
Ocio desconectado: seguro que ya han tenido tiempo para usar dispositivos digitales durante el curso. El verano es una época excepcional para trabajar la musculatura del ojo y el enfoque en larga distancia. Como decía anteriormente el día es largo y seguramente en algún momento pedirán ver la tele o jugar a la consola, podemos consensuar con ellos una lista de cosas alternativas que podemos hacer, desde las actividades anteriormente citadas a otras como ir a la piscina, al parque, algún museo (recordar que suelen tener algunos días gratuitos).
Disfrutar: haz cosas que quisiste hacer durante el curso pero no tuviste tiempo o no acompañaba el clima. Visita a tus familiares, juega con tus amigos, pasea por el campo o pégate un chapuzón. Déjate sorprender por el mundo que te rodea y siente la alegría del verano.